Los Inhibidores directos de la trombina se han asociado a un aumento
en el riesgo de Infarto de miocardio
(Heart Attack) en múltiples ensayos clínicos,
en esta entrada nuestro Blog MEDICRITICA haremos una introducción sobre
este grupo de fármacos y posteriormente se hará mención al comentario en la
Revista CHEST que inspiro esta
Entrada.
Actualmente
se utilizan en el mundo por ejemplo el Dabigatran y el Bivalirudin
para la prevención del tromboembolismo
pulmonar (TEP) de origen venoso profundo en miembros inferiores o cardiaco en
el caso del accidente cerebro vascular avalados por la FDA, así como con otros fármacos
del mismo grupo se utilizan en la prevención de coágulos intracavitarios en
pacientes con Fibrilación auricular para la prevención del Ictus.
En
cuanto a los IDT inyectables o parenterales existe el Argatroban el cual puede ser utilizado como terapia “puente” en
pacientes con uso crónico de Warfarina
o trombocitopenia inducida por heparinas
(HIT), en esta última patología también pueden ser usados el Argatroban, el Lepirudin o el Desirudin.
(El Fondaparinux que no es de este grupo de medicamentos tiene aceptable evidencia pero no tiene aprobación para esta patología
aun).
El Bivalirudin se utiliza en los eventos coronarios agudos previo a la Revascularización percutanea con implante de Stent, sin embargo en varios ensayos clínicos aumenta el riesgo de trombosis aguda del Stent.
(Hacer click en las graficas a continuacion para visualizar los artículos)
Sin más preámbulo al dar Click sobre el grafico a
continuación podrán acceder al comentario escrito en Enero de 2015 en la revista CHEST por Bruce L. Davidson con un interesante punto de vista.
Aunque en Junio de 2015 Un artículo publicado en el New England Journal mostro que el Anticuerpo
Monoclonal idarucizumab Revierte los efectos en la Anticoagulación del Dabigatran. (Para leer el artículo hacer click en la imagen)
En Colombia
y creeríamos que en el mundo el más
usado de los inhibidores directos de
la Trombina (IDT) posiblemente es el
Dabigatran, el cual es comúnmente usado
como alternativa oral a la Warfarina
dadas las ventajas de no requerir monitoria y tener menor interacción con
alimentos y medicamentos.
En conclusión:
Ante todo lo anterior y es una opinión personal
de los editores; solo nos queda por decir que la prescripción de estos “nuevos”
medicamentos para reemplazar la tradicional Warfarina o las heparinas, tiene
que realizarse bajo condiciones muy particulares, posiblemente en pacientes Jóvenes
sin factores de riesgo para enfermedad
coronaria o en escenarios que parecen promisorios como en el HIT teniendo en cuenta la imposibilidad
(Al menos en Colombia y Latinoamérica por ahora) de revertir de
manera inmediata los efectos de la anticoagulación en caso de sangrado. Esto
hasta que tengamos mayor evidencia para su uso más seguro y generalizado.
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